MOSJOEN A TRONDHEIM

14º Día. Mosjoen a Trondheim. 395 km. Tiempo empleado: 8 horas
19 de Julio de 2012

Partimos del camping en Mosjoen a las nueve de la mañana, hoy la etapa no es muy larga y el tiempo parece que va a ser bastante bueno. Nos espera kilómetros de carretera pegados a un sin fin de ríos y lagos.




Llegamos a una zona de montaña donde el río se convierte en aguas bravas, el agua está helada.







Comenzamos a bajar la zona de montaña y el bosque va cambiando.



El tiempo se va abriendo cada vez más y el paisaje es más alegre.



Llegamos al fondo del valle y a partir de ahora se acabaron las montañas, los campos nos dejan una paleta de colores espectacular. 




Comemos en un merendero dentro de una estación de servicio a pocos kilómetros de nuestro destino. Después de circular por una autovía de un solo carril entramos en Trondheim.
Preciosa ciudad, tercera en importancia de Noruega, se nota que estamos en una ciudad importante y aprovechamos para dormir en un hotel en condiciones y además céntrico. Llamamos a varios hoteles que teníamos fichados y finalmente nos quedamos en P-Hotels Trondheim, un hotel de tres estrellas que nos encantó.





Después de un descanso en el hotel nos paseamos por la ciudad. Las tiendas empiezan a cerrar y las cafeterías empiezan a llenarse, por aquí se cena muy temprano.




En todas las terrazas de restaurantes y pub vemos las mantas junto a las sillas, da lo mismo si hace frío el noruego tiene que disfrutar de la calle sea como sea.





Es una ciudad muy cuidada y sus habitantes trabajan con esmero sus pequeños jardines, las chicas no pararon de echar fotos a las flores.



  
Viendo una guía de la ciudad nos sorprendió ver un restaurante español “Sabor” y nos decidimos acercarnos a cenar. Los dueños son noruegos aunque el personal de cocina y las materias primas son españolas. Al poco de empezar a comer se nos acercó el cocinero jefe que ya se había enterado de que habían llegado españoles. Nacido en Málaga, nos comento que llevaba una semana en la ciudad y que se había decidido a venir a Noruega por una buena propuesta de trabajo tanto para él como para su novia, por lo visto tenía un buen curriculum ya que nos comentó que había trabajado, entre otros restaurantes conocidos, en el Bulli.
Por cierto que comimos muy bien, bastante caro como todo lo bueno de Noruega, pero lo recomendamos.




Hoy si contamos con wifi, aprovechamos para contactar con la familia y colgar una crónica en el blog.