6º Día Copenhaguen a Estocolmo 660 Km Tiempo empleado 11 horas
11 de Julio de 2012
Nos despedimos de Copenhaguen con la miel en los labios sabiendo lo mucho que nos habíamos dejado sin ver, quedará para otra ocasión.
El día amanece bastante bueno, algunas nubes, la cosa pinta bien. Nada más salir nos encontramos con el gran puente Oresund (casi 8 km), une la capital danesa con Suecia, impresionante....
Nos pasamos el cartel de entrada en Suecia ya que está nada más pisar el puente, está lloviendo y no es facil parar en ningún sitio.
La lluvia empieza a ser fuerte nada más entrar en Suecia, mas bien un diluvio. La autovía ha sido todo un reto, primero por ver tan cerca los guardarailes de acero, único en su especie, y segundo por lo peculiar de la misma, durante dos kilómetros aproximádamente la autovía tiene dos carriles y cambia la misma distancia a un sólo carril. Una locura ya que los coches intentan apurar al máximo los dos carriles para adelantar, y así, toda Suecia.
Esta foto de los guardarailes la tomamos al día siguiente a la salida de Estocolmo ya que la lluvia nos acompaño durante las 11 horas de viaje. Primero fue una lluvia suave, pasando a cortinas de agua y a veces torrencial.
Realizamos una parada aprovechando una media parada de la lluvia y comimos en un camping pegado a un lago, por fin vimos los primeros hyter (casas de maderas donde dormiremos a menundo).
A pesar de la lluvia podemos decir que Suecia es un país sorprendente, los paisajes son increibles, bosques inmensos alrededor de la carretera, lagos que pasamos sin poder pararnos a disfrutarlos. En las estaciones de servicios comprobamos lo diferente que somos los españoles de los suecos y en general de los europeos del norte, tanto en forma de vestir como en comportamiento, tan ordenados como sus colegas daneses, lo confiados que son y como les gusta ayudar cuando se les pide alguna indicación, vemos a los niños jugando entre ellos sin tantas maquinitas por medio. Pero quizás lo más sorprendente es su dominio bilingüe, le hablas en ingles y ellos responden sin pensarlo como si fuera su idioma y da lo mismo si lo preguntas a un niño, de mediana edad o persona mayor.
Por cierto, que se me olvidaba, los peajes se pagan con tarjeta de crédito sin problemas y las gasolineras casi todas son automáticas con pago con tarjeta y no busques la traducción al español, algunas se pagan con la tarjeta en la propia caja de la estación de servicio y en la mayoría está situado el pago con tarjeta al lado del surtidor, lleva su tiempo cogerle el truquillo.
Después de un día interminable, por fin a 20 kilómetros de Estocolmo la lluvia desaparece y el sol aparece.
Empapados y tela de cansados el hotel nos parece una bendición, una ducha larga y a la cama que mañana seguimos....
Realizamos una parada aprovechando una media parada de la lluvia y comimos en un camping pegado a un lago, por fin vimos los primeros hyter (casas de maderas donde dormiremos a menundo).
A pesar de la lluvia podemos decir que Suecia es un país sorprendente, los paisajes son increibles, bosques inmensos alrededor de la carretera, lagos que pasamos sin poder pararnos a disfrutarlos. En las estaciones de servicios comprobamos lo diferente que somos los españoles de los suecos y en general de los europeos del norte, tanto en forma de vestir como en comportamiento, tan ordenados como sus colegas daneses, lo confiados que son y como les gusta ayudar cuando se les pide alguna indicación, vemos a los niños jugando entre ellos sin tantas maquinitas por medio. Pero quizás lo más sorprendente es su dominio bilingüe, le hablas en ingles y ellos responden sin pensarlo como si fuera su idioma y da lo mismo si lo preguntas a un niño, de mediana edad o persona mayor.
Por cierto, que se me olvidaba, los peajes se pagan con tarjeta de crédito sin problemas y las gasolineras casi todas son automáticas con pago con tarjeta y no busques la traducción al español, algunas se pagan con la tarjeta en la propia caja de la estación de servicio y en la mayoría está situado el pago con tarjeta al lado del surtidor, lleva su tiempo cogerle el truquillo.
Después de un día interminable, por fin a 20 kilómetros de Estocolmo la lluvia desaparece y el sol aparece.
Empapados y tela de cansados el hotel nos parece una bendición, una ducha larga y a la cama que mañana seguimos....
